En River han pasado mil jugadores pero te aseguro que ninguno con un corazón gigante como él.
Particularmente tenemos un ídolo especial de River, ese que nos hizo querer la camiseta más que nadie, ese que cuando no le sobraba nada y usaba zapatillas prestadas, vino a Nuñez a probar suerte, ese que dejando su familia en su Azul querida se quedó en una pensión solitaria a la espera del debut en el Monumental.
Es que Matias Almeyda soñaba tanto con llegar a la primera que nunca bajó los brazos, peleó como nadie para llegar teniendo en la espalda aquel chico "Pelado" que llegó a la gran ciudad a cuestas alentandolo para llegar.
Es que si nos toca definir al 5 clásico de River vamos a decir que robe la pelota y salga jugando, y sí Matías eso lo tenía tatuado.
Porque el 5 azuleño era bien gallina, tanto que cuando erró un penal decisivo se tiró en el campo a llorar, como si le hubieran arrebatado todo.
Pero años después el fútbol le daría la revancha y colocaría un zapatazo de afuera del area para que toda Argentina delire y River llegue a alzarse con la copa más linda de todas, la Libertadores.
Es que este "Peladito" tenía destino de grandeza y palabra,valores como pocos, supo ganar todo con el Millonario y partir a Europa donde por mantener su palabra terminó en el Sevilla y no en el Real Madrid, una locura.
Pero pronto encontraría su segunda casa en Italia, la Lazio sería su club, pero sin olvidar la banda roja que le cruzaba el alma llevaba el 25 en la espalda la Gallina. Prefiero 11 Almeydas en cancha ilustraban las banderas de los hinchas italianos.Llevó a lo más alto a la Lazio, pero todo idilio es pasajero.
Le tocó sufrir las apretadas de los hinchas, robos y vivir lo peor del ambiente esas ratas de traje que se quieren devorar al jugador por sacar más dinero en este negocio.
El corazón del león no soportará tanta inmundicia a su alrededor y colgará los botines a corta edad, es que hay veces que el amor no basta contra las injusticias. El león sufrirá lo peor, no encontrarle sentido a todo esto que llaman vida, pero tendrá cerca una guerrera que lo levantará.
Y así un día de la mano de D10S,volvió a calzarse sus botines y en una canchita reducida le demostrara al Principe de River que " A los pibitos que jugaban en River se los comía crudos".
A la mañana siguiente lo fueron a buscar los Millonarios y como no iba a volver si Núñez era su casa.
Lo miraron con temor creyendo que se había olvidado de como jugar y no como lo iba a hacer si estaba defendiendo la camiseta más linda del mundo, ahí lo veias robar pelotas hasta el último aliento y salir jugando.
Fue a esa canchita del Riachuelo y ante miles de hinchas del eterno rival se besó el escudo más grande de América, diciéndoles esto es River amor por lo colores, orgullo que nunca entenderan.
Pero la magia se esfumaria y en River una nube negra caería la peor de todas, esa que nos partió al medio, nos hizo llorar y rasgarnos la piel,ver a nuestro club a la deriva.Sin embargo a nuestro león lo fortaleció se secó las lagrimas y hablo con la rata de presidente que teniamos para tomar el mando de este barco.
364 noches navegando,mil navegantes ayudando a reconstruir el barco, olas temibles los acecharon, los hostigaron pero ese capitán jamás sucumbió ante las criticas y las adversidades, la peleo como cuando vino de Azul en busca de su sueño y lo logró, devolvió a River a su lugar.
Pero si hay algo con el que el León nunca podra luchar es contra todo lo que rodea al fútbol esa malaria que su corazón no soporta y es por lo que volverá a partir sabiendo siempre que el banco de Nuñez espera ansioso por volver a darle hospedaje.