Siempre nuestro, nuestro hasta en la piel la que es adornada por varios tatuajes rojos y blancos, es que el Torito es uno de nosotros que cumplió el sueño de muchos el de saltar a la cancha a defender los colores con la banda en el pecho, no alcanzan ni van a alcanzar las palabras para describir lo que es para nosotros pero acá se esbozan unas lineas desde el corazón para Fernando Ezequiel Cavenaghi.
No alcanzan las palabras para explicar lo que fuiste, sos y seras para los hinchas de River, el haberte visto en plenitud siendo formado en el club de nuestros amores.
Verte volver un día simplemente a alentar al equipo, como un hincha más, haciendonos sentir que eras uno nuestro dentro de la cancha.
Agarrar el auto y manejar 1000km para sentarte frente a la rata más grande que se había comido nuestro club, solo por amor a la camiseta.
Volver en el peor momento, ponerle el cuerpo, el alma y hasta la última gota de sudor a cada partido para devolvernos a nuestro lugar. Y lo hiciste estoico como siempre capitán.
Te bancaste la forreada más grande del mundo, te fuiste sabiendo que no era un adios sino un hasta luego, que cuando la casa este en órden volverías a lucir la banda en el pecho.
Un día volviste y nos sacaste campeón de Argentina como siempre demostrando porque somos el país menos algunos.
Pero no te quedaste ahí y saliste a conquistar esas copas internacionales que nos eran esquivas y te faltaban en tu lista de glorias, fuiste el capitán del mejor RIVER de América ese que ganó todo.
Es dificil decirte adios, como lo fue bajo la lluvia ese día que te golpeabas el pecho pero teniamos la esperanza de que vuelvas, porque te faltó viajar a Japón.
Ojalá un día te calzes el traje de DT y desde otro lugar sigas conquistando cosas con River.
Cuesta resignarnos a que no vas a calzarte los botines y con la 9 en la espadas nos harás llorar de alegria y gritar tus goles a más no poder.
Pero sabé siempre querido Fernando,que aunque no quieras el mote de ídolo eterno te queda pintado, y que las proximas generaciones Millonarias van a saber de tu magia goleadora y tu amor por River.
La nocividad del tiempo no conseguirá triunfar porque va a ser eterno nuestro idilio CAPITÁN...ETERNAMENTE GRACIAS CAVEGOL.